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Siria

El Centro Islámico condena la agresión contra la república árabe siria. Desde hace más de cien años el mundo musulmán está siendo atacado impunemente para ser conquistado sus recursos y sometidos sus pueblos

El Centro Islámico de la República Argentina condena el ataque misilístico de tres potencias contra el pueblo de la República Árabe Siria, acción ilegal que no solamente no ha sido aprobada por las Naciones Unidas, ni siquiera por el Congreso de los Estados Unidos, sino que además ha sido llevada a cabo sin el consentimiento de la mayoría de los británicos y franceses. Incluso se han realizado manifestaciones de ciudadanos estadounidenses frente a la Casa Blanca condenando la agresión contra Siria.

Desde 1916, cuando se firmó el tratado secreto Sykes-Picot que determinó la  partición del Cercano y Medio Oriente en estados-nación artificiales dependientes, el Mundo Islámico fue fragmentando, fomentándose el racismo, los odios y las divisiones. Ya en 1919, en la Tercera Guerra Anglo-Afgana, y en 1920 en el Irak ocupado, los británicos fueron los primeros en utilizar gases químicos para reprimir a la población musulmana.

Recientemente, los norteamericanos en Afganistán han bombardeado escuelas infantiles y hasta clínicas de Médicos sin Fronteras causando la muerte de centenares de niños, médicos y enfermeras.

Cien años después de Sykes-Picot, se apuesta por la desintegración de estos estados-nación, como Siria, Irak, Libia o Afganistán. Los objetivos buscados son económico-políticos: saquear los recursos y ocupar lugares estratégicos.

Desde hace tres semanas, el régimen de ocupación sionista viene masacrando al Pueblo Palestino en Gaza y los tres países agresores que ahora están bombardeando Siria, y las Naciones Unidas, han guardado absoluto silencio al respecto y no han condenado estos crímenes de lesa humanidad: la de asesinar civiles indefensos y desarmados que quieren ser libres e independientes como lo exige la resolución 181 de las propias Naciones Unidas de 1947, desde hace setenta años.

Estas potencias no tienen ninguna moral ni ningún principio ético ni humanitario. Solamente buscan engañar incautos, usufructuar los recursos de la región y tratar de provocar la anarquía y la desintegración de los países islámicos fomentando intrigas, caos y terrorismo. Si realmente estas potencias fueran democráticas y quisieran respetar los derechos humanos y civiles, deberían marcharse a sus respectivos países y no volver nunca más a la zona gestando conflictos y guerras.

Aunque esta operación militar ha sido calificada de “mucho ruido y pocas nueces”, es decir, un artificio con el objetivo de atemorizar a los pueblos de la región, en realidad se trata de una advertencia que anticipa que lejos de querer buscar la paz, la justicia y la solución a las desigualdades, se quiere apagar el fuego con nafta.

El Centro Islámico repudia todo hecho de violencia que suceda en cualquier parte del mundo y enfatiza el diálogo, la concordia, la comprensión y el entendimiento, y la solución pacífica de los conflictos y las controversias mediante los organismos de la justicia internacional. 

Hacemos súplicas a Dios Altísimo y Misericordiosísimo para que retorne la paz, la justicia, la seguridad, el bienestar, la solidaridad y la fraternidad en todos los países musulmanes.

«Y Dios invita a la Morada de la Paz y guía a quien Su Voluntad dicta al Camino Recto.» (El Generoso Corán, Yunus, “Jonás”, 10:25)

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